Necesitamos...
1 pollo troceado
1 pimiento verde
1 cebolla
2 dientes de ajo
750 gr. de tomates maduros (o si no, de lata enteros)
50 gr. de jamón serrano
25 gr. de almendra molida
1 cucharada de azúcar
Aceite de oliva
Perejil
Sal y pimienta negra
Preparamos...
Pelamos la cebolla y cortamos en tiras finas. Cortamos los pimientos en tiras algo más gruesas. Pelamos y picamos los dientes de ajo. Cortamos el jamón en tiras.
Escaldamos los tomates, pelamos y troceamos en grueso eliminando las pepitas.
Ponemos a calentar un buen chorro de aceite en una cazuela grande, y doramos ligeramente los trozos de pollo previamente sazonados. Sacamos y reservamos.
En el mismo aceite, freir los dientes de ajo, sin que se tuesten porque entonces amargan. Añadimos enseguida la cebolla, movemos y dejamos que se haga un par de minutos. Repetir la operación con los pimientos, y por último con el jamón.
Añadimos el tomate y los trozos de pollo, más el azúcar, un poco de sal, pimienta y una ramita de perejil. Tapamos la cazuela y dejamos que se haga a fuego suave durante unos 45-50 minutos.
Cuando veamos que el pollo ya está tierno, y la carne se separa bien de los huesos, retirar el perejil y añadir la almendra molida. Movemos la cazuela para que la salsa ligue. Si estuviera muy líquida, sacar los trozos del pollo y reducirla a fuego medio y destapada para que pierda agua.
Servir el pollo con la salsa. Este guiso está mejor de un día para otro.